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Historia Slowly  
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YplN | 🇫🇷 Francia

Originally written in English. Translated by Mariana Bechara Rodríguez.

En septiembre 13 de 2018, hace un año, recibí una carta. Una simple—pero linda—carta de alguien que cocinó muchos panqueques, y muy amablemente me invitó a comer algunos. 

¿Cuánto puede cambiar una vida en un solo año? Cuando se ve con detalle, un año no es más de 9,000 horas; no suena a mucho, ¿cierto? 

Siendo tímido, intenté usar unas aplicaciones para conocer personas nuevas; no para salir con alguien, solo para conectar un poco más. Todas ellas, antes de Slowly, fallaron en hacer que la relación durara. Ahora entiendo que, para conocer a alguien, necesitas tiempo. El tiempo es clave. Los dos odiábamos y amábamos las 2 horas y 49 minutos que demoraban las cartas en llegar. Odiábamos, porque nos alejaba. Amábamos, porque nos forzó a escribir más que una carta corta y nos empujó a ser más honestos entre nosotros.

Funcionó muy rápido entre nosotros: en menos de una semana, nos enviábamos cartas constantemente. Sin importar el tiempo de envío, ella siempre estuvo para mí, y espero haber estado siempre para ella.

Había tantas razones de por qué lo nuestro pudo no funcionar, pero las superamos de una manera remarcablemente fácil.

Primero, el idioma: ella es italiana, yo soy francés, así que hablamos en inglés. Es difícil explicar a las personas que nunca lo han vivido, pero la primera vez que escuchas la voz de la persona con la que has hablado por meses es verdaderamente única. Tienes el alivio tremendo de que puedes entender su acento, y que ella puede entender el tuyo. Luego, descubres por primera vez como pronunciar su nombre, el mismo nombre que ya has repetido millones de veces en tu cabeza, para ti—y mal.

Segundo, la distancia: después de un par de meses, ella me sugirió que fuera. Estaba tan aterrado como emocionado. Ella tomó un avión y condujo 200Km en carro para verme… ¿a mí? ¿Solo… a mí? Ella hizo lo que yo había deseado por, básicamente, toda mi vida, pero finalmente llegué a pensar que yo no merecía esta atención. No puedo imaginar el coraje que se necesita para hacer algo así; estoy profundamente feliz de que ella lo haya hecho. Antes de vernos, mi cabeza era un desastre: «¿y si no le gusto?» Sí le gusté. «¿y si ella no me gusta?» Sí me gustó. «¿Y si hay vacíos en nuestra conversación?» Sí los hubo, pero esos vacíos estuvieron llenos de miradas enternecedoras, sonrisas reales, y felicidad pura. Era tan obvio entre nosotros; empezamos a salir.

Desde entonces, nos veíamos por lo menos una vez al mes. Contamos cada día hasta el próximo momento que nos veamos porque cada vez es mejor que la anterior. Puedo I decir muy fácilmente que estoy pasando los mejores días de mi vida con ella a mi lado. Todo es más simple con ella; la vida es hermosa cuando ella está cerca. Juntos, creamos una burbuja alrededor de nosotros; solo para nosotros. 

Es un año hoy, un año de risas, de lágrimas de felicidad cuando nos conocimos, de lágrimas tristes cuando nos vamos. Un año de recuerdos juntos, de abrazos, de besos, de sonrisas, de letras, de nosotros. La carta que me envió nos cambió profundamente. Ella es tan inteligente, ¿puede ser posible que ella adivinara lo que pasaría este año?

Todo desde una simple—pero linda—carta sobre panqueques para dos. ¿Ella sabría que podría compartir más que panqueques? Una cosa es segura: exactamente un año después, la espero en la estación. Con panqueques, obviamente.  

YplN

P.S.: Te amo, Lili.

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